Hoy queremos hablarte de relaciones, pero no solo de relaciones de pareja, queremos hablarte de todo tipo de relaciones, de relaciones en general, incluyendo nuestros vínculos de amistad y familiares. Porque construir relaciones sanas es tener una red de apoyo para ser, estar y transitar
Como mujeres que somos, desde bien pequeñas, nos han enseñado que los demás son el centro de nuestra vida y que tener pareja no es una opción, sino que para nosotras es necesario tener una pareja. Este es uno de los motivos por los que nosotras ponemos mucho tiempo y energía en nuestras relaciones. Y en muchas ocasiones nos quedamos en vínculos que no nos cuidan y esto tiene un impacto muy grande en nuestro bienestar.
¿Qué cosas pueden indicar que no estás cómoda en la relación y que no deberías quedarte ahí?
Quizás sientas que no puedes comunicar una necesidad que tienes porque recibes reacciones desmesuradas por parte del otro. A veces se enfadan o recurren a estrategias como el mutismo y la indiferencia.
Y tú acabas pensando que es tu culpa, que te has equivocado. Y te das cuenta de que hablar sobre lo que necesitas no te hace sentir bien dentro de esta relación.
Sientes que da igual que intentes poner un límite porque estos se traspasan continuamente y se acaban repitiendo conductas que saben que te duele, por mucho que lo hayas dicho, como no respetar tu intimidad contando tus cosas a terceras personas.
Cuando hablas sobre tus preocupaciones, tus emociones o sentimientos, te das cuenta de que no le dan importancia, que no se están teniendo en cuenta y que no están siendo recogidas. Se invalidan cambiando de tema, y si lo dices, se defienden con el ataque.
A veces también puedes sentir que intentan manipularte a través del chantaje emocional y que te hacen dudar cuando vas a tomar una decisión para que elijas en su favor, o lo que ellos creen que es mejor para ti sin tener en cuenta tu opinión, tus necesidades o lo que tu realmente deseas.
Estos son solo algunos ejemplos de conductas que podemos ver en relaciones que no son saludables y que pueden darse en cualquier tipo de vínculo.
Sí, también estamos hablando de nuestra familia o de nuestras amistades.
Como decíamos al inicio, poner las relaciones en el centro de nuestra vida y pensar que son lo primero para que estemos “completas y felices” puede generar muchísimo dolor y sufrimiento en nosotras. Puede hacer que nos mantengamos atadas a personas que nos generan malestar o experimentar sentimientos de culpabilidad por querer alejarnos de personas que no nos hacen bien.
Nosotras queremos decirte hoy que…
Si la relación no te hace sentir bien, si sufres, si te duele, si no sientes que puedas ser tú mismo, tienes derecho a irte, sea quien sea quien esté al otro lado, tu hermano, tu madre, tu pareja o un amigo…
Tienes derecho a poner distancia y a no sentir culpa por hacerlo. Tienes derecho a cuidarte, respetarte y protegerte, si lo necesitas.
Vas a saber cuando estás en una relación sana porque…
- Te muestras tal y como eres, y te sale sin esfuerzo.
- No necesitas dar mil vueltas antes de dar tu opinión.
- Hay responsabilidad afectiva, cada uno asume su parte.
- Existe un interés genuino por el bienestar del otro.
- Se respetan tus límites y es fácil respetar los de la otra persona.
- Cambias de opinión y no pasa nada.
- Cuando algo te molesta lo dices sin miedo al rechazo o a discutir.
- Te sientes en calma, tanto estando cerca como lejos.
- Sientes coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
- Existe un equilibrio entre lo que das y lo que recibes.
- Hay apoyo mutuo y respeto por los intereses del otro.
- Ambos os sentís valorados y apreciados.
- Por cada discusión, no tambalea la relación.
- Intenta que te sientas mejor, te escucha y te valida.
Quédate y busca vínculos en los que puedas estar así.
Si después de leer esto tienes alguna relación en mente que te está haciendo dudar y con la que no te sientes en calma, quizás puedas preguntarte:
- ¿Cómo está mi cuerpo cuando estoy cerca de esta persona? ¿Hay tensión?
- ¿Inhibo algo de mi personalidad cuando estoy cerca de él o ella?
- ¿Cómo estoy los días previos? ¿Y los posteriores?
- ¿Qué conductas de esta persona me hacen sentir incómoda?
Y si la respuesta a estas preguntas te resulta desagradable…entonces pregúntate ¿Qué puedo hacer para salir de este vínculo?
Y si esto no es posible, ¿Cómo puedo protegerme? ¿Quién puede ayudarme o con quién pueda hablarlo? ¿De qué manera puedo poner algo de distancia si romper el vínculo no es posible para mi en este momento?
Que te cuiden, respeten y valoren es básico en cualquier relación, no te quedes donde esto no está pasando.